domingo, 19 de octubre de 2008

Obama y su apuesta por el Marketing 2.0

Tomemos como referencia las cuestiones que Enrique Dans planteaba recientemente sobre Obama en uno de sus siempre interesantes posts, decía así: ¿será su fuerte compromiso por el uso de Internet una cuestión coyuntural, una herramienta más de marketing político, o representará una vocación permanente por la transparencia, la comunicación y el aporte de información? ¿Se cerrará o congelará MyBarackObama.com, o se mantendrá como un canal permanente de comunicación con esos colectivos que tan valiosos han probado ser durante el transcurso de la campaña en términos de financiación e imagen?

Obama es por concepto un renovador, y esto que es un elemento inseparable de su personalidad como cándidato y como marca le permite desarrollarse con naturalidad entre tácticas de marketing que serían sonrojantes para otros candidatos. Si tenía que existir un candidato que tuviera licencia para representar una nueva forma de hacer marketing político este es Barack Obama.

Hagamos historia. Tras anunciar su candidatura, en febrero de 2007, Barack Obama tomó la decisión de contratar a Chris Hugues, de 25 años, y le concedió el puesto de “Gurú de marketing online”. Tan sólo 3 años antes, este chico y tres de sus compañeros en Harvard fundaron Facebook.
De esta forma se unía la imagen de un candidato joven, exquisito orador y carismático, con el talento de un emprendedor de éxito de la web 2.0. El camino empezaba alisarse para que Obama no sólo pasara la historia como el primer candidato negro a la presidencia de Estados Unidos, sino que su campaña online, basada en el social media, se convirtiera en un absoluto fenómeno desde la perspectiva del uso de los nuevos medios para la comunicación y participación política

Las consecuencias de esta decisión son objetivamente destacables. No sólo cuenta con un sitio web que ya muchas grandes compañías quisieran, sino que además se ha convertido en la plataforma para su comunidad de marca donde los usuarios pueden colgar fotografías, citar a convocatorias y eventos, organizar reuniones, crear grupos de discusión, etc.. Los datos hablan por si mismos. El candidato demócrata tiene casi un millón y medio de seguidores en Facebook (frente a los 251 mil de John McCain), su canal en YouTube tiene casi 78 mil suscriptores, y más de 15 millones han visto sus videos en línea. Casi 73 mil usuarios leen sus actualizaciones a través de Twitter, 6.700 están suscritos a las fotos que la campaña publica en Flickr y casi medio millón están conectados con su perfil de MySpace.

Hasta el mes de agosto, la campaña de Obama había recaudado 417 millones de dolares, más de la mitad de los cuales, se recaudó a través de la red y mediante donaciones “pequeñas”.

Sin duda, podemos afirmar que el equipo de Obama ha generado una campaña de marketing político de última generación, configurada por los principales instrumentos 2.0; con el mérito de una perfecta implementación, y una planificación sincronizada con los eventos y acontecimientos de la campaña.

Instalar widgets en redes sociales, perfiles personales y blogs para captar donaciones, o diseñar la convención más sobre conectada de la historia son algunos de los méritos; considerando que en este evento se acreditaron a más de 15.000 periodistas y 120 bloggers. Por supuesto, incluyendo a las mayores figuras de la blogósfera política estadounidense como Markos Moulitsas y Arianna Huffington.

Por su parte, John McCain se ha declarado “un analfabeto en materia informática”. No sabemos si Obama ganará las elecciones el próximo noviembre, lo que si tenemos claro es que sería interesante que el nuevo presidente de los EE.UU supiera enviar un e-mail. Con ello, ya estaríamos marcando diferencias frente al actual.


Vía: Fusil de Chispas

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