jueves, 23 de octubre de 2008

Marketing Vikingo: silencioso y sorprendente

No sé si por el reducido tamaño de su país o por el carácter aventurero que se les otorga, los vikingos atacaron con sus barcos las costas europeas, remontaron los ríos de Francia, Alemania y Rusia, conquistaron gran parte del territorio de los pueblos eslavos de la antigua Rusia, las islas británicas, Irlanda e Inglaterra, y asolaron el Mediterráneo.

Las antiguas comunidades, aunque acostumbradas a la guerra, no tenían forma de prever cuándo habría una incursión. Sin duda, una de las armas de los vikingos era el llamado ‘factor sorpresa', el convencimiento de que una buena idea acabaría dándoles la victoria. Este era (y es) un elemento esencial de su estrategia.

Mil años después, mirando al mercado no cuesta detectar que el espíritu vikingo sigue presente en la forma de hacer y competir de las empresas escandinavas. Prudentes, silenciosas y discretas avanzan ganando terreno con modelos de negocio ganadores, universales y realmente innovadores.

El producto escandinavo habla por sí mismo, está diseñado desde la cultura de la sutilidad, son productos que se pueden transformar en historias, Ikea, Volvo o Absolut son algunos ejemplos.

Ya en plena época feudal en Europa, la inteligencia del pueblo escandinavo se sustentaba en una cultura libre e igualitaria, donde las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres, conscientes de que la libertad de pensamiento provocaba el pensamiento. “Cuántos más seamos más haremos” podría ser el grito de guerra de esta comunidad.

Su marcas en muchos casos con fuerte conceptualización local como Yoigo, Zanussi o Corberó, esconden una esencia de ambición global que es marca de la casa.

Hace dos años, un danés y un sueco, tras concebir nada más ni nada menos que Kazaa, crearon Skype un servicio de llamadas gratuito entre usuarios de internet. En septiembre de 2005 la empresa fue comprada por Ebay por 2.600 millones de dólares.

En una entrevista de Marc Vidal en Infonomía a Steve Strid escritor del “Manifiesto Vikingo” lo argumenta así de sencillo “…estamos en un mundo donde si tienes una buena idea y le das un poco de calor, de humor y de sentido de la comunicación, de manera que la gente la quiera escuchar, la puedes hacer grande muy rápidamente estés donde estés…”


La comunicación de estas empresas está impregnada por su idiosincrasia: humor, austeridad, creatividad e historias cotidianas rodean las estrategias publicitarias de sus empresas y productos.

Como veis, de forma silenciosa pero apabullante, los vikingos han creado modelos de negocio de referencia, marcas envidiadas, y productos absolut(amente) excepcionales.

No nos olvidemos que Lego, Saab, Metro (diario gratuito) y H&M también vienen de esos exóticos lugares fríos. Los países escandinavos, con sólo el 0,3 % de la población del planeta, representan el 3 % de las exportaciones mundiales. No está mal ,¿no?

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